La Carmanyola Picant ha sido distinguida recientemente con un diploma de reconocimiento, en la categoría establecimientos comerciales, en la novena edición del Premio CCC a la mejor iniciativa lingüística del sector comercial.
El mundo económico es uno de los lingüísticamente más deficitarios de nuestro país. El jurado destacó que "hacen falta emprendedores dispuestos a apostar por el catalán. Y si la actividad está ligada a uno de los grandes motores de la humanidad, el sexo, en el cual es prácticamente ausente, la apuesta es doblemente meritoria".
La Carmanyola Picant tiene un ADN totalmente terrassenc. Sus responsables, promotoras y fundadoras son Rosa Gau y Anna Saperes. Precisamente una reunión de tuppersex en la que participaron las hizo reflexionar sobre la posibilidad de montar la empresa. "Nos lo pasamos bastante bien, pero todo se hacía en castellano". Las dos, independentistas reconocidas, creyeron que había una buena oportunidad de negocio y de normalización de la lengua en un mundo como el del sexo.
Carmanyolapicant.cat se define como "una empresa de los Países Catalanes, dedicada a satisfacer vuestra vida sexual, a través de un grande surtido de cosmética y juguetes eróticos, con el objetivo que esta sea llena y entretenida." Cataluña concentra el 90% de la industria pornográfica española, ahora en peligro por la competencia gratuita de Internet. Pero las tiendas eróticas tienen un buen mercado y proliferan las robadas tuppersex.
Las reuniones acostumbran a durar unas 2 horas. Llevan una maleta con el muestrario y van presentando todos los artículos uno por uno. Dejan que todo el mundo pueda tocar, oler, lamer o ver como funciona cada producto, mientras se van explicando curiosidades y anécdotas divertidas para pasar un buen rato. Actualmente, tiene mucho de éxito la modalidad del Catasex. Se trata de aprender a hacer un par de cócteles afrodisíacos, e irlos tomando durante la reunión de carmanyolasex.
Fiambrera Picante también ofrece el servicio de la tienda virtual, con un gran abanico de productos eróticos "elegantes y terapéuticos, de calidad garantizada, que os enviaremos con la máxima discreción y confidencialidad". La empresa va bien y ya piensan al aumentar el abanico de la oferta, al hacer cambios a la web e incluso al cambiar de local, para dejar Castellar del Vallès, donde vive la Anna Saperes, y trasladarlo en Terrassa.
Hay productos de cosmética, vibradores de todas las tallas, formas y colores, anillas para jugar en pareja, disfraces y corsés, cofres, paneras y penes saltarines. No y faltan los preservativos. El cliente habitual es una mujer de entre 30 y 40 años. Y el producto estrella, las bolas chinas. Medio seriamente medio en broma, afirman que siempre es bueno conocer a fondo y probar los productos que después se pondrán al mercado.